
Y pensar que no lo comprendía, pero ya lo descubrí.
Escribo por que mi madre me lo dijo, ella siempre me dice que escribo bien, que debería dedicarme a eso. Me gusta hacerlo, pero creo que todavía soy muy chico para saber que voy hacer cuando sea grande, con 9 años no creo que tenga que pensar en el futuro, aunque a veces ella también dice que la vida hay que aprovecharla. Que a veces ni te das cuenta y ya se te paso.
Mi papa me compro este cuaderno para que escriba mis historias, pretendo que sea un amigo, un hermano que nunca tuve, alguien en que pueda confiar, llamarlo diario intimo seria de “nena”, así que dejémoslo en: “mi amigo el cuaderno”.
Apenas me lo dio, pensé en escribir miles de cuentos, todos los que se me habían ocurrido en estos 9 años, de astronautas, guerreros, y todo lo que un nene de mi edad se imagina, pero al final termine por decidirme en otro tipo de cuento. Que mejor forma de empezar, volcando en estas hojas en blanco mi vida, mi historia, mi cuento.
Eso fue hace 9 años, hoy todo es distinto. Ella tenía razón.
Mama siempre me escucha, me entiende. Papa es de esos que vienen de trabajar tarde, pero por mas cansado que este juega con vos toda la noche. Mama sabe que estoy escribiendo una historia, pero no sabe de que, ni se imagina, quiero que sea una sorpresa. Quiero que cuando la lea, sepa todo lo que significa para mi que ella me de el apoyo para escribir que yo necesito. Por que a pesar de que ella me escuche, nunca pude mostrarle ni a ella ni a el lo mucho que los amo, y le agradezco lo que me dan.
Hoy papa me regalo un cuaderno nuevo, por que el otro ya esta lleno. Mama esta emocionadísima quiere leerlo ya, pero todavía no es el momento. Ya pasaron 3 años que escribo mi historia, pienso seguirla hasta que papa deje de comprarme cuadernos, tal vez reciba un premio por escribir tantas hojas.
Que épocas 12 años tenia, cuando escribí eso. Recorte algunas partes de mi historia, de mi cuento, para pegarla en un nuevo cuaderno.
La verdad deje de escribir por un largo tiempo, la vida de un adolescente no es tan feliz como la de aquel nene de 9 años que empezó a escribir. Tengo una pila de cuadernos en blanco que papa compro, pensando que yo seguía escribiendo. Un chico de 16 tiene otras preocupaciones, en realidad me hubiera gustado seguir escribiendo, pero son cosas de la vida. Yo le dije a mama que no pretendiera que sea escritor, hoy ya no quiero ser nada, no quiero estudiar. No quiero escribir.
2 años después tengo la necesidad de escribirle a ella, mi mama. Demostrarle cuanto la amo y cuanto me duele su enfermedad. Pedirle perdón, para algunos seria absurdo, pero para mi no. Yo se que el día de mañana ella va a leer esto, y se va a emocionar. Va a poder leerlo por que de esta va a salir. Va a entender, va a comprender mi historia. Que tuve altibajos y tuve tristezas y alegrías, pero sobre todas las cosas fue la luz de mi vida.
Necesita un trasplante y yo voy a ser el donador. Por que sin ella no hubiese sido nada. Papa esta muy triste, la operación es riesgosa para ella pero con mis 18 años es lo menos que puedo hacer.
Salio todo de 10, ella esta al lado mió, despierta. Voy a ir abrazarla, no saben las ganas que tengo de recibir su calor, su ternura y amor.
Antes de poder levantarme, mama se largo a llorar y papa también, tuve miedo de que algo haya salido mal, o al contrario que lloren de alegría. No quise preguntar nada.
Llegamos a casa y mama fue llorando a mi cuarto se abrazo a mi cama, y no aguante mas… le pregunte por que lloraba y no me contesto. Al rato entró papa con los ojos lleno de lagrimas y le dijo: “quédate tranquila”
Ahí comprendí lloraban de tristeza y yo lloraba de alegría. Yo estaba bien y ella también. Con 18 años y una vida llena de aventuras y desventuras, hoy este escritor nunca podrá llegar a serlo. Pero lo fui. Lo fui para ella.
Escribo por que mi madre me lo dijo, ella siempre me dice que escribo bien, que debería dedicarme a eso. Me gusta hacerlo, pero creo que todavía soy muy chico para saber que voy hacer cuando sea grande, con 9 años no creo que tenga que pensar en el futuro, aunque a veces ella también dice que la vida hay que aprovecharla. Que a veces ni te das cuenta y ya se te paso.
Mi papa me compro este cuaderno para que escriba mis historias, pretendo que sea un amigo, un hermano que nunca tuve, alguien en que pueda confiar, llamarlo diario intimo seria de “nena”, así que dejémoslo en: “mi amigo el cuaderno”.
Apenas me lo dio, pensé en escribir miles de cuentos, todos los que se me habían ocurrido en estos 9 años, de astronautas, guerreros, y todo lo que un nene de mi edad se imagina, pero al final termine por decidirme en otro tipo de cuento. Que mejor forma de empezar, volcando en estas hojas en blanco mi vida, mi historia, mi cuento.
Eso fue hace 9 años, hoy todo es distinto. Ella tenía razón.
Mama siempre me escucha, me entiende. Papa es de esos que vienen de trabajar tarde, pero por mas cansado que este juega con vos toda la noche. Mama sabe que estoy escribiendo una historia, pero no sabe de que, ni se imagina, quiero que sea una sorpresa. Quiero que cuando la lea, sepa todo lo que significa para mi que ella me de el apoyo para escribir que yo necesito. Por que a pesar de que ella me escuche, nunca pude mostrarle ni a ella ni a el lo mucho que los amo, y le agradezco lo que me dan.
Hoy papa me regalo un cuaderno nuevo, por que el otro ya esta lleno. Mama esta emocionadísima quiere leerlo ya, pero todavía no es el momento. Ya pasaron 3 años que escribo mi historia, pienso seguirla hasta que papa deje de comprarme cuadernos, tal vez reciba un premio por escribir tantas hojas.
Que épocas 12 años tenia, cuando escribí eso. Recorte algunas partes de mi historia, de mi cuento, para pegarla en un nuevo cuaderno.
La verdad deje de escribir por un largo tiempo, la vida de un adolescente no es tan feliz como la de aquel nene de 9 años que empezó a escribir. Tengo una pila de cuadernos en blanco que papa compro, pensando que yo seguía escribiendo. Un chico de 16 tiene otras preocupaciones, en realidad me hubiera gustado seguir escribiendo, pero son cosas de la vida. Yo le dije a mama que no pretendiera que sea escritor, hoy ya no quiero ser nada, no quiero estudiar. No quiero escribir.
2 años después tengo la necesidad de escribirle a ella, mi mama. Demostrarle cuanto la amo y cuanto me duele su enfermedad. Pedirle perdón, para algunos seria absurdo, pero para mi no. Yo se que el día de mañana ella va a leer esto, y se va a emocionar. Va a poder leerlo por que de esta va a salir. Va a entender, va a comprender mi historia. Que tuve altibajos y tuve tristezas y alegrías, pero sobre todas las cosas fue la luz de mi vida.
Necesita un trasplante y yo voy a ser el donador. Por que sin ella no hubiese sido nada. Papa esta muy triste, la operación es riesgosa para ella pero con mis 18 años es lo menos que puedo hacer.
Salio todo de 10, ella esta al lado mió, despierta. Voy a ir abrazarla, no saben las ganas que tengo de recibir su calor, su ternura y amor.
Antes de poder levantarme, mama se largo a llorar y papa también, tuve miedo de que algo haya salido mal, o al contrario que lloren de alegría. No quise preguntar nada.
Llegamos a casa y mama fue llorando a mi cuarto se abrazo a mi cama, y no aguante mas… le pregunte por que lloraba y no me contesto. Al rato entró papa con los ojos lleno de lagrimas y le dijo: “quédate tranquila”
Ahí comprendí lloraban de tristeza y yo lloraba de alegría. Yo estaba bien y ella también. Con 18 años y una vida llena de aventuras y desventuras, hoy este escritor nunca podrá llegar a serlo. Pero lo fui. Lo fui para ella.
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